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El cambio climático hizo un 35% más probables las condiciones que avivaron los incendios de Los Angeles

Los incendios que se desataron el pasado 7 de enero en Los Ángeles se propagaron rápidamente por la segunda ciudad más grande de EEUU, avivados por fortísimos vientos de la montaña de Santa Ana y por una vegetación extremadamente seca debido a la larga sequía. Condiciones, que según señala esta martes un grupo de científicos del clima, fueron un 35% más probables debido al cambio climático causado por el hombre.

Se trata del rápido análisis que ha realizado el World Weather Attribution (WWA), un grupo de expertos que realiza los llamados estudios de atribución para determinar si un fenómeno meteorológico extremo se ha visto influido por el cambio climático, y si ha sido así, en qué medida. Hasta ahora se han analizado casi un centenar de eventos extremos en todo el mundo.

Los incendios de Los Ángeles comenzaron en diferentes zonas de esta gran urbe en la que muchas viviendas están rodeadas de árboles y vegetación, lo que obligó a desalojar muchos barrios en un plazo muy breve de tiempo dado la rápida velocidad a la que se propagaban las llamas. Además, días después de la primera oleada de fuegos, se produjeron nuevos focos. De momento, hay 28 fallecidos confirmados, mientras que el número de viviendas que han quedado destruidas ronda las 10.000. Millones de personas han quedado expuestas al humo tóxico durante semanas por estos incendios que se consideran ya los más devastadores de la historia de Los Ángeles.

Según este análisis del World Weather Attribution realizado por una treintena de científicos entre los que figuran especialistas en incendios de EEUU y Europa, el cambio climático aumentó la probabilidad de incendios forestales en esta ciudad estadounidense y agravó su impacto al reducir las lluvias, secar la vegetación y aumentar el solapamiento entre las condiciones de sequía inflamable y los fuertes vientos de Santa Ana. El calentamiento provocado por la quema de combustibles fósiles, señalan, hicieron esas condiciones de calor, sequedad y viento un 35% más probables.

Sequías más probables

Por otro lado, concluyen que la escasez de lluvias durante el periodo que abarca de octubre a diciembre es ahora 2,4 veces más probable en comparación con el clima que había antes del inicio de la era industrial.

Históricamente, las lluvias de octubre a diciembre ponían fin a la temporada de incendios forestales en California, pero en las últimas décadas, estas lluvias han disminuido. Las temperaturas más altas hacen que se evapore más humedad de las plantas, favoreciendo que ardan con facilidad. Las condiciones más secas e inflamables que persisten durante más tiempo aumentan la probabilidad de que se produzca un incendio forestal durante el pico de los vientos de Santa Ana en diciembre y enero, según los científicos.

Todo ello está favoreciendo que la temporada de incendios en Los Ángeles sea cada vez más larga y peligrosa. Según su análisis, las condiciones propensas a los incendios se han prolongado en promedio unos 23 días más cada año en California, lo que incrementa la probabilidad de que se inicie un fuego durante los vientos máximos de Santa Ana. Pero además, debido a la gran variabilidad de las precipitaciones, hay años en los que las condiciones de sequía pueden durar mucho más tiempo.

En su análisis, también destacan cómo las infraestructuras hídricas de esta ciudad californiana, que no están diseñadas para luchar contra un incendio forestal en rápida expansión, fueron incapaces de satisfacer las necesidades extremas durante los incendios de Eaton y Palisades.

Y ello ha ocurrido pese a que California es un estado acostumbrado a lidiar con incendios forestales. La ocurrencia simultánea de dos grandes fuegos, impulsados por los vientos huracanados de Santa Ana en zonas urbanas, «crearon condiciones caóticas e impredecibles» para los bomberos, según señalan los científicos. Entre sus recomendaciones, proponen «mejorar la capacidad del sistema hídrico» y los sistemas de alerta temprana, ya que 17 de los 28 muertes ocurrieron en West Altadena, un barrio donde las alertas de evacuación llegaron más tarde que otras zonas afectadas.

Fuente: www.elmundo.es / Teresa Guerrero

https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2025/01/28/6798ab8be9cf4a0f1d8b45ac.html

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