En un mundo cada vez más consciente de su impacto ambiental, la innovación se convierte en una herramienta esencial para transformar industrias. Con esta premisa, el Circular Packaging Challenge, organizado por TheCircularLab de Ecoembes, celebró el pasado jueves su gran final en Madrid, congregando a los más destacados visionarios de la economía circular.
Durante esta jornada, startups de siete países, entre los que figuran EEUU, Reino Unido, Noruega y Bulgaria, presentaron propuestas innovadoras que aspiran a redefinir el futuro del empaquetado sostenible. Desde el uso de algas y plantas para crear envases biodegradables hasta avanzados sistemas tecnológicos para mejorar la recolección y el reciclaje, cada propuesta mostró cómo la creatividad puede ser el puente hacia un futuro más respetuoso con el medio ambiente.
Los participantes se enfrentaron a dos grandes retos: desarrollar envases más circulares, con materiales reciclados o nuevos procesos de envasado, y proponer modelos de gestión innovadores que impulsen la reutilización y la circularidad. Las startups premiadas no solo fueron reconocidas con premios económicos, sino que también pasaron a formar parte de la comunidad goCircular Radar, una plataforma que potencia su visibilidad internacional y fomenta colaboraciones en proyectos piloto.
Con más de 190 proyectos inscritos, la competencia alcanzó su clímax al anunciar a los ganadores principales: Notpla, desde el Reino Unido, que revoluciona el sector con empaques elaborados a partir de algas y plantas, y GRIN, de Noruega, que ha desarrollado tecnologías pioneras para la recogida eficiente de envases reutilizables. La jornada también homenajeó a Macrocycle (EEUU.) y Polytag (Reino Unido) con menciones de honor por sus contribuciones excepcionales al reciclaje y reutilización de plásticos.
Notpla, innovación a base de algas
Una de las premiadas, Notpla, es una startup británica que transforma algas y plantas en envoltorios libres de plásticos, reescribiendo las reglas del packaging. Inspirados por la inteligencia de la naturaleza, en concreto buscan eliminar el plástico de un solo uso, ese villano que genera 300 millones de toneladas de desechos al año según la ONU. Todo comenzó con Ooho, una burbuja comestible que encapsula líquidos como si fuera la cáscara de una fruta, diseñada por Rodrigo García González y Pierre Paslier mientras estudiaban innovación en Londres.
Su secreto está en las algas, una materia prima mágica que crece hasta un metro por día, sin necesitar agua potable, luz ni fertilizantes, y que desaparece sin dejar rastro. Desde pipetas de aceites hasta cajas para comida rápida, pasando por films biodegradables y materiales rígidos moldeables, este tipo de envase tiene multitud de funciones. Lucy Romo García, responsable de desarrollo de negocios en Notpla, describió así su proyecto: «Nosotros fabricamos envoltorios a base de algas, soluciones biodegradables, compostables en casa, completamente libres de plástico y, en algunos casos, comestibles».
En su explicación, detalló los primeros pasos del proyecto: «Nuestros fundadores comenzaron con un producto llamado Ooho, una burbuja de agua comestible en la que hemos puesto diferentes contenidos. Ahora estamos colaborando con una empresa global para lanzar esto con geles energéticos dentro». Respecto a lo que supone un reconocimiento como el de Ecoembes, Romo señaló que esto se traduce en una colaboración con empresas para llevar a cabo un piloto. «Creo que eso es lo más importante cuando eres una startup, porque necesitamos de otros socios que nos ayuden a llegar al mercado», añadió.
GRIN, cerrando el ciclo con tecnología
GRIN es una empresa noruega que impulsa la transición hacia la economía circular mediante soluciones tecnológicas avanzadas. Su producto principal, Revore, es un sistema de recolección inteligente diseñado para facilitar la devolución eficiente de productos circulares por parte de los consumidores. Equipado con inteligencia artificial y sensores, controla el acceso, valida las devoluciones y proporciona datos en tiempo real para optimizar la logística inversa. Este sistema es adaptable a diversos productos no peligrosos que se ajusten a sus dimensiones específicas, y se integra fácilmente con aplicaciones de terceros a través de API.
«Nuestro proyecto se centra en colecciones inteligentes de productos circulares. Puedes tener un producto 100% reciclable o reutilizable, pero si no puedes recolectarlo del consumidor, terminará como desecho. Nosotros intentamos resolver ese problema desarrollando nuestras máquinas de recolección pequeñas», explicó Dani Mollet, cofundador de GRIN, profundizando en los detalles de su propuesta. «No tenemos clientes en España, así que esto es una puerta de entrada excelente al mercado español», añadió, ilusionado por el futuro del proyecto.
El proceso de selección
Lo cierto es que ante tantas solicitudes y grandes propuestas presentadas, la decisión no ha sido nada fácil. «Recibimos 192 solicitudes. Ha sido un proceso muy intenso filtrar primero para elegir a esos finalistas y luego seleccionar las mejores propuestas. La verdad es que es un lujo contar con las empresas que forman parte de Ecoembes para ayudarnos en esta evaluación», explicó David Ceniceros, especialista en innovación de Ecoembes. También señaló cómo la colaboración con startups como FYCH Technologies, ganadora de la primera edición, ha permitido demostrar el impacto real de estas iniciativas. «Hemos querido contar con ella como ponentes porque nos parecía muy interesante su visión de cómo es crecer y cómo es escalar», concluyó.
Serie de economía circular en colaboración con Ecoembes.
Fuente: elmundo.es / Raquel Díaz
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2024/11/27/674485bc21efa0bd4c8b457e.html