La crisis climática está arraigando en la región mediterránea, intensificando los fenómenos adversos y acortando su período de recurrencia. Si la DANA que azotó Andalucía, Castilla-La Mancha y muy especialmente Valencia hace dos semanas resultó del todo excepcional, la repetición de un segundo episodio de las mismas características en apenas dos semanas, esta vez con epicentro en Málaga, lo es todavía más.
Hasta ahora, la intensidad de los huracanes, ciclones o tifones era uno de los indicadores que permitía evidenciar el fortalecimiento del calentamiento global. Pero ahora mismo las miradas de los climatólogos están centradas en la virulencia de las danas del Mediterráneo y en la sorprendente reincidencia con la que se están sucediendo en los últimos años. Y no solo en España.
El sur de Italia, especialmente la isla de Sicilia, también está sufriendo estos días unas riadas e inundaciones catastróficas. Los valores registrados en la ciudad de Catania, donde se llegaron a acumular hasta seiscientos litros por metro cuadrado en tan solo seis horas, demuestran el carácter totalmente excepcional de lo que está ocurriendo en la región mediterránea, donde las danas se manifiestan de forma cada vez más violenta, reforzadas por un mar recalentado que actúa como una gigantesca pila de combustible.
El profesor Jorge Olcina, catedrático de geografía de la Universidad de Alicante y director del laboratorio de climatología de esta institución académica, viene advirtiendo desde hace años que el área del mediterráneo, y muy concretamente las comunidades españolas que lo rodean, se está convirtiendo en el epicentro de una crisis climática que, en este rincón del planeta, evoluciona hacia los escenarios más inciertos.
En conversación con El Confidencial este prestigioso científico nos confirma que algunos de los principales centros de investigación están centrando su atención en lo que ocurre en nuestra región para analizar las consecuencias del cambio climático. «Ya han aparecido algunos trabajos en la revista de la Asociación Americana de Meteorología que se centran en destacar el aumento y la intensificación de las gotas frías que vienen dándose en los últimos años en nuestras latitudes medias respecto a las que se daban en los años 70 y 80 del pasado siglo».
Unos estudios que no solo se centran en atender a las consecuencias, sino también en determinar las causas de esta situación. «Y lo que nos dicen esos informes —añade Olcina— es que esto ocurre porque los procesos de reajuste energético son cada vez son más frecuentes. Como estamos constantemente calentando la atmosfera, lo que intenta es conseguir un equilibrio térmico y lo realiza mediante expulsiones de masas de aire frío procedentes del Atlántico norte, del ártico o del este de Europa, que terminan configurando danas cada vez más explosivas en nuestras latitudes mediterráneas».
Cuando la excepción se normaliza
Eso nos sitúa en lo que este experto climatólogo, corrector del IPCC y referenciado en numerosos estudios sobre cambio climático a nivel internacional, viene a denominar «una región riesgo frente a las consecuencias del calentamiento global: una de las más sensibles del conjunto de Europa». Un lugar donde la excepcionalidad tiende a normalizarse, obligando a sus habitantes a convivir con el riesgo. Y las perspectivas de futuro no son demasiado alentadoras, pues como nos comenta «esta situación de incertidumbre y de aumento del riesgo va a ir a más en la medida en que no consigamos frenar el calentamiento y los procesos de reajustes energéticos se sigan dando en la atmosfera. No olvidemos que, en el fondo, el cambio climático es un cambio en el balance de energía del planeta en este caso incentivado por la mano del ser humano».
Respecto al hecho de que hayamos asistido a dos episodios meteorológicos tan extremos como las danas que han castigado especialmente a Valencia y Málaga en tan breve período de tiempo, el profesor Olcina señala que tal vez deberíamos empezar a acostumbrarnos a ello, pues como hemos podido comprobar «mientras antes este tipo de acontecimientos se sucedían cada veinte o treinta años, el cambio climático va a convertirlos en cada vez más frecuentes«.
Tanto es así que lo que hasta ahora considerábamos extraordinario, unos eventos que acontecían separados por décadas, ahora se repiten en apenas un par de semanas. «Históricamente las gotas frías han tenido un origen natural —anota para acabar este experto—, pero las danas de ahora, mucho más intensas y frecuentes, tienen su origen en las emisiones de gases de efecto invernadero que están alterando el componente del balance energético. Y esto está ya fuera de toda duda«.
Si al fortalecimiento de las danas unimos el aumento tanto en intensidad como en persistencia de las olas de calor, entenderemos hasta qué punto el cambio climático se está convirtiendo en una de las mayores amenazas para las personas en la región del Mediterráneo. Especialmente en países como España, donde el año pasado murieron 8.352 personas por causas directamente relacionadas con el calor extremo, o en Italia, donde fallecieron 12.743.
Fuente: elconfidencial.com / José Luis Gallego https://www.elconfidencial.com/medioambiente/clima/2024-11-17/cambio-climatico-dana-muertes-espana-italia_4004180/