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El estado del agua en Europa: cada vez menos y más contaminada

Como ocurre cada otoño, con la llegada de los episodios de lluvias intensas, algunos ganaderos irresponsables aprovechan la crecida de las rieras y los ríos para llevar a cabo el vertido clandestino de los purines que se generan en sus granjas. De ese modo evitan los costes que conllevaría la correcta gestión de este residuo altamente contaminante, pero cometen una de las peores agresiones contra la naturaleza y la seguridad de todos.

Esta mala práctica supone una grave amenaza para el medio ambiente y la salud de las personas, y en las comunidades autónomas con mayor actividad ganadera figura entre las principales causas de contaminación de las aguas. Un problema que, unido al uso intensivo de nutrientes y pesticidas en la agricultura, el aumento de la contaminación por plástico en los ríos y la falta de un tratamiento adecuado de las aguas residuales, está provocando el deterioro de las reservas hídricas en nuestro país y en toda Europa.

Según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) sobre el estado del agua en Europa, solo el 37% de las masas de agua superficiales alcanzan un estado ecológico acorde con lo que exige la Directiva Marco del Agua de la UE, y menos del 30% muestran el estado químico adecuado.

Las aguas subterráneas se encuentran en mejores condiciones que las superficiales: el 77 % muestra buen estado químico y el 91 % mantiene el nivel freático adecuado. Sin embargo, el informe alerta que en algunos países, con España a la cabeza, siguen existiendo problemas por la sobreexplotación de los acuíferos y la contaminación por nitratos y pesticidas.

España a la cola en calidad del agua

De hecho, nuestro país es el que muestra un mayor porcentaje de aguas subterráneas en mal estado. La media en la UE está en el nueve por ciento. Dinamarca muestra tan solo un 2,4. En Alemania se queda en un 4,5 por ciento, por debajo del 6,4 de Polonia o el 7,5 de Países Bajos. Ya en nuestro entorno, Francia sube hasta el 10,5 por ciento, Portugal llega al 14,8 e Italia se encarama hasta el 16,6. España, con el 20,1 por ciento de las aguas subterráneas en mal estado, se sitúa en el vagón de cola junto a Bélgica (21,7 por ciento) y, ya fuera de la UE, Reino Unido con el 22,1 por ciento.

Según el informe de la AEMA, basado en los datos remitidos por los propios Estados miembros, la agricultura es con diferencia la principal fuente de contaminación tanto de las aguas superficiales como de las subterráneas. Esto se debe al avance de la producción industrializada de cultivos y al uso intensivo de agroquímicos.

Aspecto del Torrent Gros, en Palma. (EFE/Cati Cladera)

La agricultura es también, y con diferencia, el mayor consumidor neto de agua en Europa: casi tres cuartas partes de la demanda total. Una proporción que, como alertan desde la AEMA, es previsible que aumente en los próximos años, a medida que más cultivos de secano entren en regadío como consecuencia del cambio climático, como ya está ocurriendo en nuestro país en el caso de la vid o el olivar.

Según la legislación europea, las aguas superficiales y subterráneas debían estar en buen estado en 2015, y a más tardar en 2027. En cambio, a poco más de un par de años de que se cumpla el último plazo, nadie confía en que eso vaya a ser así. De hecho el informe reconoce que los vertidos tóxicos en los ríos, la sobreexplotación de los acuíferos y la degradación de los ecosistemas acuáticos están ejerciendo unos niveles de presión sobre los recursos hídricos jamás alcanzados.

Una presión que se esta viendo incrementada por el avance de la crisis climática, que está alterando los patrones meteorológicos y comprometiendo aún más el acceso garantizado a este recurso. Y es que como señalan los informes de los climatólogos que estudian y siguen la evolución del cambio climático, en Europa es probable que llueva lo mismo, pero llueve peor y de manera más desigual. Por todo ello la AEMA recomienda una política del agua más eficiente y responsable, que nos permita avanzar hacia la resiliencia hídrica.

Peces muertos a orillas del Mar Menor. (Reuters)

Para hacer frente a la escasez recomienda reducir el consumo y mejorar la eficiencia mediante el establecimiento de nuevos objetivos de ahorro, más coherentes con la situación de emergencia climática que atraviesa el continente. Aplicar las mejores tecnologías a lo largo de todo el ciclo, compartir conocimiento y promover la colaboración público privada. También va a ser importante una información más ágil y actualizada sobre la cantidad y la calidad del agua disponible. Solo así se podrán habilitar los mecanismos de adaptación necesarios para eludir situaciones de emergencia.

Respecto al aumento de los niveles de contaminación, es necesario progresar en el cumplimiento de los objetivos del Plan de Acción para la Contaminación Cero en la UE. Unos objetivos pactados y suscritos por todos los Estados miembro a fin de reforzar el control sobre el vertido ilegal de sustancias nocivas al medio acuático, la contaminación de los suelos y las malas prácticas agrícolas y ganaderas que dañan los acuíferos.

Restaurar la naturaleza para limpiar las aguas

La AEMA resalta asimismo que la restauración de la naturaleza, la liberación del cauce de los ríos, la regeneración de humedales y turberas pueden propiciar unos ecosistemas de agua dulce más saludables y con mayor biodiversidad. Una solución basada en la naturaleza que mejoraría la calidad del agua disponible y, al mismo tiempo, contribuiría a almacenar carbono para reducir el avance del cambio climático y a mitigar el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos. A fin de reducir las captaciones y favorecer la recuperación del caudal ecológico de los ríos, también se recomienda un mayor aprovechamiento del agua regenerada de depuradora para atender los diferentes tipos de demanda: agrícola, industrial, urbana e incluso como agua de boca.

Para Leena Ylä-Mononen, directora ejecutiva de la AEMA, “nuestras aguas se enfrentan a unos desafíos sin precedentes que amenazan la seguridad hídrica en Europa. Necesitamos redoblar los esfuerzos para restablecer la salud de los acuíferos y los humedales, los ríos, las aguas costeras y el resto de masas de agua de las que dependemos. Solo así podremos garantizar el acceso a este recurso vital de las generaciones futuras”.

El informe de la AEMA es la evaluación más amplia sobre la salud de las aguas llevada a cabo en Europa. Abarca más de 120.000 masas superficiales y 3,8 millones de kilómetros cuadrados de mantos de agua subterráneos: el equivalente al 85 % del agua superficial y el 87 % de los acuíferos de la UE.

En este enlace pueden consultarse los datos oficiales notificados a la AEMA por cada uno de los Estados miembro de la UE.

Fuente: Elconfidencial.com. José Luis Gallego.

https://www.elconfidencial.com/medioambiente/agua/2024-10-18/agua-europa-espana-aema-sequia-contaminacion_3984722/

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