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El hongo que retrasa el deterioro de alimentos y prolonga su duración hasta cuatro meses

El deterioro de alimentos es un problema que arrastramos desde hace años. Por poner un ejemplo, tan solo en 2020, se tiraron más de 1.000 millones de kilos de comida a la basura. Es decir, cada persona arrojó una media de 31 kilos, que, traducido en cifras, supuso la pérdida de unos 250 euros por cabeza, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Por este mismo motivo, el 7 de junio de 2022, el Gobierno aprobó el proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, haciendo referencia a la primera regulación de este tipo que se produce en España. Sin embargo, esta ley nunca llegó a tramitarse debido al adelanto electoral, por lo que sigue siendo necesario combatir este problema.

Con el objetivo de combatir y mejorar esta situación, Everfresh, un sistema desarrollado por Camila Puentes en Sevilla y que fue finalista de los eAwards España 2023 de la NTT Data Foundation, ha conseguido prolongar la durabilidad de los alimentos vegetales. ¿Cómo lo ha logrado? Combina un hongo llamado trichoderma harzianum con la tecnología de plasma frío, la cual elimina todo tipo de microorganismos vivos presentes en el vegetal. De esta forma, se consigue prolongar la vida útil de los productos desde cuatro semanas hasta cuatro meses de duración, aunque por el momento se encuentra en fase experimental.

Según Puentes, especialista en Food & Product Design, Everfresh ha sido diseñado con la intención de contribuir a «disminuir la contaminación ambiental», así como el gasto de aquellos que desechan alimentos en restaurantes, hogares, y otros tipos de establecimientos. Hasta el momento, ya que aún no ha salido al mercado como tal, han hablado con Plat Institute, un laboratorio de innovación gastronómica, para empezar a probar el sistema en un proyecto de la cocina del futuro que están llevando a cabo desde el laboratorio.

UNA SOLUCIÓN BASADA EN LA NATURALEZA

Segun explica Puentes a este diario, tanto ella como sus colegas decidieron «utilizar la propia naturaleza y sus microorganismos para extender la vida útil de los alimentos». Su funcionamiento, según apunta la líder del proyecto, se basa en un sistema de conservación que se compone de tres partes interconectadas.

La cápsula funciona como una especie de contenedor o almacenaje de los productos frescos. Sería algo así como la nevera. Esta, a su vez, es capaz de diferenciar entre los alimentos que se han introducido antes o después.

El segundo elemento es el dispersor, un mecanismo de aspersión que contiene el microhongo Trichoderma Harzianum. Este hongo tiene la capacidad de proteger los alimentos de la invasión de mohos dañinos, por eso se consigue el aumento de su duración en buen estado.

El plasma frío es la tercera parte. Está integrada en la cápsula y corresponde a una técnica que utiliza nitrógeno ionizado para desinfectar los alimentos antes de consumirlos. De esta manera, el plasma frío es capaz de eliminar los microorganismos vivos presentes en los vegetales, añadiendo una capa adicional de seguridad de cara a su consumición.

Con la puesta en marcha de estos tres elementos, Puentes asegura que la «meta es que el 49,33% de los restaurantes que carecen de una estrategia clara para administrar sus desperdicios, tengan la oportunidad de reducirlos y ser pioneros en el uso de tecnologías simbióticas para mejorar sus modelos de negocio». Es decir, que el hongo permita que la restauración prolongue la vida de sus alimentos frescos hasta cuatro meses.

Fuente: El Mundo por Aurora Molina

https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2024/01/28/650d6b4be85ece03648b4586.html

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