La falta de información y la falta de acceso a financiación frenan la transformación de las pymes españolas hacía una economía más verde. Esta es una de las principales conclusiones del estudio Economía circular: barreras y dinamizadores para su implementación efectiva en la pyme, elaborado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de la Fundación 1º de Mayo (F1M-ISTAS) de Comisiones Obreras y Ecoembes. El documento analiza las posibilidades de la pequeña empresa ante el reto de la transición ecológica y en sus conclusiones augura que las pymes que antes logren posicionarse en el modelo de economía circular, tendrán grandes ventajas competitivas.
Los autores también subrayan la importancia de la interdependencia entre empresas para crear el ecosistema y hacer efectivos los cambios necesarios. En este sentido el documento propone fomentar la cooperación e impulsar entornos que favorezcan la interacción entre pymes, facilitando la adaptación y disminuyendo los obstáculos a la innovación y a la inversión. «El estudio pretende ayudarles a identificar las acciones para iniciar el cambio, muy apoyadas en la colaboración; porque sin cooperación no es posible avanzar», ha explicado Virginia Moreno Medina, responsable de Relaciones Institucionales de Ecoembes.
Entre las principales barreras para esa transformación de las pymes, el estudio destaca la falta de información sobre la economía circular y su impacto en el medio ambiente, así como los obstáculos de carácter económico, basados en la escasez de recursos financieros, la dificultad para acceder a ayudas públicas o las ideas preconcebidas sobre las cuestiones ambientales que crean la percepción de que es algo costoso con escasos beneficios. «Uno de los principales problemas de una pyme es su escasa capacidad financiera y, en muchos casos, los escasos márgenes con los que se trabajan», analiza Vicente López, director de la Fundación 1º de Mayo y de ISTAS-F1M.
Otras barreras están relacionadas con la propia estructura de las pequeñas empresas, que carecen de recursos necesarios como suficiente personal, formación o innovación. En todo este proceso las políticas públicas serán claves para generar un marco normativo y financiero que limite estos efectos y que faciliten a las pymes el acceso al crédito, como los fondos Next Generation de la Unión Europea, además de impulsar iniciativas que incentiven a los mercados, consumidores, empresas, clientes y cadenas de suministro a adoptar la circularidad.
«Por ejemplo, una de las políticas más atractivas es que la propia Administración pública sea la que, como contratante y a través de sus cláusulas de contratación pública, priorice a las empresas que tengan diseños circulares o comportamientos medioambientalmente sostenibles. Eso facilitaría el acceso a ciertos niveles de contratación pública que, en este caso, se comportaría como motor de cambio», añade López.
MOTOR DEL EMPLEO
Por otro lado, en España, más del 95% de las empresas son pequeñas y medianas y generan el 90% del empleo. De forma que la implementación de la economía circular en las pymes supone una oportunidad para la creación de empleo, con algunos estudios apuntando que podría llegar a generar hasta 160.000 puestos de trabajo antes de 2030. La formación tendrá un papel esencial en ese sentido, al dotar de nuevas competencias a los trabajadores que puedan colaborar de manera activa en la transición hacia la circularidad.
«La economía circular dinamiza aquellos procesos de recuperación, reutilización, reparación, reciclaje, etc.», explica Vicente López. «Estos procesos requieren de nuevos profesionales que puedan realizar estas tareas que en los procesos lineales han estado minimizadas o incluso desparecidas». Entre ellas, López cita profesiones como la de técnico experto en economía circular, sostenibilidad, planificación o calidad y medio ambiente; investigador de análisis de ciclo de vida, especialista en ecodiseños, ingeniero de packaging, gestor de cambio climático, de residuos o de responsabilidad social corporativa.
En este sentido, los autores del informe recuerdan que la nueva normativa europea incluye la obligación de desarrollar nuevos vectores de reciclaje como por ejemplo el textil, o que la lista de materiales críticos obliga a recuperar estos productos de ciertas mercancías lo que conllevará la demanda de nuevas competencias y habilidades en el sistema productivo.
En cualquier caso, los autores subrayan que la dinamización no puede ser individual, sino que debe construirse en entornos que favorezcan la cooperación entre pymes. Un cambio de modelo que puede traducirse en una fuerte creación de nuevos puestos de trabajo y en la transformación de muchos perfiles para adoptar un nuevo modo de producción. La formación tendrá así un papel esencial para dotar de nuevas competencias a los trabajadores, quienes pueden colaborar de manera muy activa en la transición hacia la circularidad.
Serie de Economía Circular realizada en colaboración con la organización Ecoembes.
Fuente: El Mundo
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2023/12/20/6581b340e9cf4a94368b45ae.html