El secretario genera la ONU, António Guterres, lanzó una anatema contra «la avaricia desmedida» de la industria de los combustibles fósiles, y advirtió que alguna compañías «han intentado bloquear la transición hacia las cero emisiones usando su dinero e influencia para retrasar, distraer y engañar«.
En el contexto de la Asamblea General, Guterres limitó la participación en la Cumbre de Ambición Climática de Nueva York a 34 países, elegidos por sus avances en la acción ante el cambio climático. Allí estuvieron, entre otros, Brasil, Canadá, Paquistán, Suráfrica y la isla-nación de Tuvalu.
Se quedaron calculadamente fuera el presidente norteamericano Joe Biden, el presidente chino Xi Jinping y el ‘premier’ Rishi Sunak, que a la misma hora presentaba en Londres su plan para dar «marcha atrás» ante el cambio climático, y desmantelar gran parte de los compromisos de su predecesor Boris Johnson para llegar a cero emisiones en el 2050.
«La humanidad ha abierto las puertas del infierno», proclamó de entrada Guterres ante su reducida audiencia, recordando los recientes impactos del verano extremo en el hemisferio norte, de los fuegos en Canadá, Hawaii y Grecia a las inundaciones en Libia y China.
«La acción climática se ha quedado pequeña ante la magnitud del reto que tenemos por delante», dijo. «Si nada cambia, estamos avanzando hacia un mundo con un aumento de las temperaturas de 2,8 grados, un mundo peligroso e inestable».
«Pero el futuro no está sellado, y es a los líderes a quienes les corresponde escribirlo», agregó. «Todavía podemos limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 grados. Todavía podemos construir un mundo con un aire limpio, trabajos verdes y energía limpia y accesible para todos».
Guterres instó a los asistentes (y a los ausentes) a poner en marcha planes ambiciosos de energías renovables en la línea del aumento máximo de 1,5 grados. Pidió el punto final para el carbón en el 2030 en los países de la OCDE y en el 2040 para los países en desarrollo. Y reclamó el fin de los subsidios a los combustibles fósiles, estimado por el Fondo Monetario Internacional en 6,5 billones de euros.
El secretario general de la ONU apremió a los países industrializados a «hacer plenamente operativo» el Fondo de Pérdidas y Daños en la COP28 que se celebrará a partir del 30 de noviembre en Dubai. Guterres recordó el objetivo aún no alcanzado de contribuir con 100.000 millones de dólares (93.000 millones de euros) de ayudas a los países vulnerables.
«Ni África ni los países en desarrollo queremos caridad; lo que necesitamos son soluciones prácticas», dijo por su parte el presidente keniano William Ruto, que reclamó la implantación global de un «impuesto del carbono» para financiar el fondo de pérdidas y daños. Los países africanos apoyaron recientemente por consenso esa demanda, contenida en la así llamada Declaración de Nairobi.
Fuente: El Mundo
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