El miércoles se izaba la bandera roja en la playa del Perelló (Valencia) por contaminación microbiológica. A mediados de julio, El Puig se veía obligado a prohibir el baño en cuatro de sus playas tras aparecer una sustancia blanca granulosa que el mar había expulsado hacia la costa. Más al sur, la cala del Carlotti en Santa Pola y la Playa de las Villas de Pilar de la Horadada se cerraban al baño debido a unos vertidos de agua residuales. En lo que llevamos de verano (y queda parte de agosto y septiembre) se han producido ya 18 episodios de cierre temporal de playas por el mal estado de sus aguas (sin contar con las cuestiones derivadas del fuerte oleaje, el mar de fondo o la presencia de medusas).
Según los datos facilitados a La Vanguardia por la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio, las cifras superan los cierres de los últimos tres años y se equiparan con los de 2019, aunque todavía quedan días de vacaciones por delante. La provincia más afectada es con diferencia la de Alicante, donde se han producido hasta 14 cierres, por los tres de Valencia y el único caso de Castellón.
Con todo, desde la Conselleria explican que “los valores oscilan alrededor de menos de una veintena de episodios en un litoral tan amplio” como el de la Comunidad Valenciana. Así, indican las mismas fuentes, “no puede deducirse que haya una tendencia clara al alza, pues los resultados están influidos por casos puntuales”.
En esta línea, subrayan que “los sistemas de depuración son cada vez mejores y más avanzados y los controles cada vez más exhaustivos”. La Conselleria de Medio Ambiente hace tomas de muestra semanales en las 229 zonas de baño marítimas, es decir, con mayor frecuencia de lo que exige la normativa europea. Las muestras se realizan de lunes a jueves en todos los puntos de muestreo (260).
Controles
Medio Ambiente hace tomas de muestra semanales en las 229 zonas de baño marítimas
¿Y qué sucede cuando se detecta cualquier anomalía, vertido o sospecha de este?
En el caso de contaminación microbiológica, cuentan desde la Conselleria, esta también puede tener orígenes muy diversos (vertidos de hidrocarburos accidentales o premeditados, alivios de las redes urbanas, especialmente tras lluvias intensas, roturas de conducciones…) y la solución en cada caso sería, por tanto, diferente.
La contaminación microbiológica detectada, en caso de provenir de un vertido de aguas residuales urbanas, se suele solucionar con bastante rapidez, arreglando la avería y desviando a tratamiento las aguas vertidas. “El propio poder autodepurador del agua de mar elimina este tipo de contaminación en pocas horas, pues los indicadores que se analizan tiene poca supervivencia en el agua salada”, comentan los técnicos.
En el caso de contaminación por aguas residuales, el agua del mar suele eliminar la contaminación en pocas horas
Es cierto que, en ocasiones, es difícil detectar el origen claro de la contaminación, como sucede cuando esta llega al mar a través de un cauce natural (barranco) o de una acequia que recorre mucho territorio de distintos municipios. En estos casos, corresponde a los ayuntamientos, por sus competencias y conocimiento de sus propias redes de alcantarillado y de pluviales), el detectar la posible fuente de contaminación y solventar la incidencia.
Si el cierre de la playa es debido a otras causas “no naturales”, como los vertidos de hidrocarburos, hay un protocolo establecido de Lucha contra la Contaminación Marina coordinada por las Capitanías Marítimas, dependientes del Gobierno Central.
Fuente: Periódico La Vanguardia