El recorte de las emisiones de gases de efecto invernadero es la medida esencial para evitar los peores efectos del cambio climático. Cuánto y para cuándo hay que reducir esas emisiones para contener el aumento de la temperatura media global del planeta por debajo de 1,5 grados (respecto a la que había al inicio de la era industrial) es la cuestión que se negocia en las cumbres del clima y que estudian los distintos países.
El objetivo de la Unión Europea es lograr la neutralidad en carbono para 2050, en línea con lo que recoge el Acuerdo de París firmado en 2015, y para conseguirlo, los científicos que constituyen el Consejo Asesor de la UE en cambio climático recomiendan que Europa reduzca entre entre un 90 y un 95% sus emisiones antes de 2040. Un recorte que consideran esencial para mitigar los riesgos climáticos y conseguir un futuro sostenible», tal y como señala el informe publicado este jueves por este panel de expertos, presidido por Ottmar Edenhofer, y cuya creación se recoge en la Ley Climática Europea.
«Las recomendaciones de la Junta Asesora subrayan la necesidad de acciones audaces y transformadoras para lograr la neutralidad climática para 2050 de una manera justa y factible. Tomando las decisiones políticas correctas y adoptando innovaciones sostenibles, podemos allanar el camino para una futuro resiliente», ha declarado Ottmar Edenhofer en un comunicado tras la presentación del informe.
Este equipo de científicos recomienda que entre 2030 y 2050, las emisiones de gases de efecto invernadero se mantengan entre las 11 y las 14 gigatoneladas de CO2. Para lograr este objetivo y no sobrepasar ese presupuesto, habría que reducir las emisiones entre un 90 y un 95% antes de 2040.
UN 55% DE REDUCCIÓN PARA 2030
Por lo que respecta al objetivo para 2030, el panel de expertos considera que el plan de la UE de reducir al menos un 55% las emisiones (respecto a las que había en 1990) permitiría alcanzar la reducción recomendada hacia 2040 y la neutralidad climática para 2050.
El grupo de expertos considera que hay varias vías para alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo, por lo que habrá que decidir entre varias alternativas que permitan por un lado reducir la demanda energética y generar energía con menos emisiones.
Así, calculan que será necesario reducir la demanda energética entre un 20 y un 40% respecto a lo que consumimos actualmente, para lo que habrá que hacer recortes significativos en el transporte, la industria y el sector terciario y residencial.
Un aspecto que se encuentra en múltiples escenarios es el importante despliegue de energía eólica y solar, combinadas con la ampliación de alternativas de combustibles fósiles como el hidrógeno. Así, para descarbonizar el sector energético estiman que habrá que lograr que entre el 70 y el 90% de la electricidad sea renovable, y la eliminación gradual de la electricidad generada por carbón para 2030 y y con gas natural para 2040.
Asimismo, su análisis destaca los beneficios de reducir el uso de combustibles fósiles y recursos naturales. Además de reducir la dependencia de la UE de las importaciones de combustibles fósiles, aumentando así su seguridad energética, sostienen que esta transición energética mejorará la salud y el bienestar de los ciudadanos de la UE a través de la mejora calidad del aire. También puede reducir el estrés hídrico y conducir a una mejor protección de la naturaleza, concluyen.
Fuente: El Mundo
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2023/06/15/64899b96fdddffe6868b45cc.html