Aunque aún nos quedan unos días para dar por terminado el verano astronómico, el verano meteorológico o boreal (que abarca junio, julio y agosto) ha concluido ya y lo ha hecho con récords de calor, tal y como asegura este viernes el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S). Tanto los tres meses en su conjunto como agosto en solitario han sido los más tórridos a nivel mundial desde que hay registros, según los datos de esta red de monitorización europea por satélite.
Así, la temperatura media mundial del periodo junio-julio-agosto de 2024 fue la más alta medida, al situarse 0,69 °C por encima de la media para esos tres meses en el periodo 1991-2020.
También la temperatura media en el continente europeo ha sido la más elevada en esta estación, al superar en 1,54 °C la media de 1991-2020 y también el récord anterior que se batió en 2022 (1,34 °C). Ese es el dato global europeo porque a nivel regional, las temperaturas fueron superiores a la media en el sur y el este de Europa e inferiores en el noroeste de Irlanda y el Reino Unido, en Islandia, en la costa occidental de Portugal y en el sur de Noruega.
Un agosto tórrido
Agosto de 2024 figurará junto a agosto de 2023 como el agosto más caluroso en todo el mundo, al registrarse una temperatura media del aire en superficie de 16,82 °C, lo que significan 0,71 °C por encima de la media de 1991-2020 para ese mes.
Estos datos van en la línea de las altas temperaturas que se han ido registrando en los meses de todas las estaciones. La temperatura mundial de los últimos 12 meses (de septiembre de 2023 a agosto de 2024) es también la más alta desde que hay mediciones, al situarse 0,76 °C por encima de la media de 1991-2020 y 1,64 °C por encima de la media preindustrial de 1850-1900.
«Esta serie de temperaturas récord aumenta la probabilidad de que 2024 sea el año más caluroso del que se tiene constancia», advierte en un comunicado Samantha Burgess, directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus. «Los fenómenos extremos relacionados con la temperatura que hemos presenciado este verano no harán sino intensificarse, con consecuencias más devastadoras tanto para las personas como para el planeta, a menos que adoptemos medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero», reclama.
Fuente: El Mundo. Teresa Guerrero.
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2024/09/06/66d9e65c21efa015578b45b1.html