La Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad del Parlamento Europeo ha dado luz verde este miércoles al acuerdo provisional con el Consejo sobre la Ley para la restauración de la naturaleza con 53 votos a favor, 28 en contra y cuatro abstenciones. Se trata de uno de los dosieres más delicados, polémicos y politizados de toda la legislatura. Una propuesta lanzada por la Comisión Europea el año pasado y que parecía encarrilada, pero que se encontró de forma inesperada con el voto en contra de buena parte del Partido Popular Europeo, que estuvo a punto de tumbarla.
La medida ambiciona restaurar el 20% del suelo terrestre y marino que se encuentra en mal estado en la Unión Europea para 2030. Según los datos que maneja la Comisión Europea, el 80% de los hábitats europeos están a día de hoy degradados. El 70% de los terrenos de cultivo están erosionados, dejando pérdidas de más de 1.000 millones de euros. El 50% de los peces se han reducido en la última década. O los humedales han disminuido a la mitad en el último medio siglo.
Este nuevo paso adelanto se produce justo el día antes del inicio de la Cumbre del Clima de Emiratos Árabes Unidos (COP28), en la que la protección de los ecosistemas será uno de los temas principales.
OBSTÁCULOS PARA SU APROBACIÓN
La idea contaba con un respaldo ‘filosófico’, dentro de las prioridades verdes de la legislatura, pero el Partido Popular Europeo se desmarcó antes de verano, diciendo que era demasiado, insoportable para agricultores, ganadores y pescadores. Que llegaba en un mal momento y aunque tuviera buenas intenciones impondría una carga demasiado pesada tras una pandemia, una guerra y una crisis energética.
El proceso de toma de decisiones en la Unión Europea es lento y complicado para quienes están sólo acostumbrados a los trámites nacionales. La Comisión es quien tiene la iniciativa legislativa y quien hace las propuestas de Directivas o reglamentos. La pelota pasa luego de forma casi simultánea a la Eurocámara y al Consejo de la UE, esto es, los ministros de los 27 Estados Miembros. Ambas instituciones tienen que buscar una posición común, unos negociando entre embajadores y capitales y los otros a través de los diferentes comités del Parlamento. Cuando los embajadores logran un consenso, los ministros lo aprueban en un Consejo. Cuando los diputados hacen lo mismo, se vota primero en el Comité apropiado, y luego en el Pleno. Pero ahí no acaba ni mucho menos, al revés.
Una vez que cada lado tiene fijada su posición, empiezan las negociaciones más intensas, conocidas como Trílogos, pues también están los técnicos de la Comisión Europea. Una vez alcanzando un pacto, de nuevo se tienen que repetir los pasos, ya que el texto final siempre es muy diferente al inicial y no todos lo encentran aceptable, por lo que hace falta un nuevo visto bueno tanto de los ministros como de la Eurocámara.
Ahora estamos en ese paso. El 9 de noviembre terminaron los trílogos sobre la Ley de restauración de la naturaleza y hoy el Comité de Medio Ambiente ha despejado el camino, pero el voto final se espera en los últimos días de febrero de 2024 en el plenario. Si es positivo y los ministros no ponen tampoco objeciones, se podría aprobar antes del final de la legislatura, con las elecciones europeas de junio. Fuentes del PPE dicen que no han tomado una decisión definitiva, que queda tiempo y quieren ver los detalles, las sensibilidades. Pero tras las derrotas de junio y julio, cuando la propuesta legislativa no pudo ser bloqueada, no se esperan más obstáculos.
«Con este acuerdo sale ganando la sociedad europea, porque ganan nuestros ríos, nuestros bosques y nuestros humedales. El texto permitirá a la Unión Europea dotarse de una política para recuperar nuestros ecosistemas degradados, en línea con los compromisos internacionales suscritos por la propia Unión», ha dicho el eurodiputado socialista César Luena, que es vicepresidente de la comisión ENVI y ponente de esta ley.
Fuente: El Mundo
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2023/11/29/65672ccfe4d4d83e138b458d.html