Apocas semanas del arranque de la polémica cumbre del clima de Dubái (COP28), un nuevo informe de la ONU alerta que los principales países productores de carbón, gas natural y petróleo prevén duplicar su producción de aquí a 2030. Entre ellos se encuentra el propio anfitrión de la cumbre, Emiratos Árabes Unidos, quien lleva años anunciando su compromiso con la acción climática.
De hecho, y como denuncia desde la propia cabecera, el informe muestra claramente la discrepancia que existe entre la producción de combustibles fósiles planificada por los gobiernos de estos países, que representan más de tres cuartas partes de la producción mundial, y sus compromisos globales para cumplir con lo que marca el Acuerdo de París y limitar el calentamiento del planeta por debajo del grado y medio de aumento, evitando en cualquier caso que sobrepase los dos grados centígrados.
En un mensaje compartido a través de sus redes sociales, el Secretario General de la ONU, António Guterres, remarcaba este contrasentido y hacía un llamamiento para salir cuanto antes de una “estrategia suicida” que nos aboca a los peores escenarios previstos por los climatólogos. “Los gobiernos literalmente están duplicando la producción de combustibles fósiles” denunciaba el líder portugués, para quien “necesitamos compromisos creíbles para aumentar las energías renovables, eliminar gradualmente los combustibles fósiles e impulsar la eficiencia energética, garantizando al mismo tiempo una transición justa y equitativa para todos.
El informe Production Gap Report 2023 ha sido elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con la colaboración de casi un centenar de diferentes laboratorios de análisis de datos, organizaciones medioambientales y centros de investigación de todo el mundo, como el Stockolm Enviroment Institute (SEI), el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IIDS) de Canadá, el think-thank E3G y la oenegé internacional Climate Analytics.
El club de los embusteros
El cometido principal de los investigadores ha sido actualizar la brecha que se está abriendo entre los objetivos de producción y los compromisos de reducción de emisiones de los 20 principales países productores de combustibles fósiles: Australia, Brasil, Canadá, China, Colombia, Alemania, India, Indonesia, Kazajstán, Kuwait, México, Venezuela, Nigeria, Noruega, Qatar, la Federación Rusa, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Como demuestra el nuevo reporte del PNUMA, aunque algunos de estos países han puesto en marcha iniciativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) vinculadas a la producción de combustibles fósiles, ninguno de ellos está decidido a reducir la producción de carbón, petróleo y gas natural en consonancia con los objetivos asumidos en el Acuerdo de París. Es más, 17 de los 20 países forman parte de la gran coalición de países dispuestos a cumplir los objetivos del escenario Emisiones Netas Cero de GEI, algo que resulta incompatible con el aumento de su producción de combustibles fósiles.
Poco después de que apareciera la edición anterior, en noviembre de 2021, los gobiernos acordaron en la Cumbre de Glasgow COP26 agilizar los esfuerzos para conseguir una “eliminación progresiva del carbón”. Esto representó un hito en la historia internacional de gobernanza climática: por primera vez, aparecía una referencia explícita al necesario abandono de los combustibles fósiles en el acuerdo final de una cumbre climática.
Carbón no… pero sí
Sin embargo, esta nueva edición del informe demuestra que aquel compromiso fue tan solo un brindis al sol, pues la realidad es que las principales naciones productoras de combustibles fósiles incrementos a corto y medio plazo en la producción de carbón, con un aumento previsto de hasta el 110% hasta 2030. Algo que no hará más que ampliar la brecha entre los planes de producción de algunas de las mayores economías del mundo y sus anunciados objetivos de reducción de emisiones de GEI.
Ante esta clara demostración de doble moral por parte de los gobiernos, y tras el rotundo fracaso de la Cumbre de Egipto (COP27), que fue controlada de principio a fin por el lobby de las fósiles, las expectativas de cara a la próxima Cumbre de Dubái (COP28), que será presidida por el CEO de una de las mayores petroleras del mundo, no son para nada optimistas.
Para Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA y Secretaria General adjunta de la ONU, «los planes de los gobiernos para ampliar la producción de combustibles fósiles están socavando la transición energética que se necesita para lograr el objetivo de cero emisiones netas y están poniendo en jaque el futuro de la humanidad«. En su opinión la única manera de acabar con la pobreza energética y reducir las emisiones al mismo tiempo es «alimentar las economías con energía limpia y eficiente y abandonar el uso de combustibles fósiles cuanto antes», por eso «a partir de esta COP28 las naciones deben unirse en torno a una eliminación gradual, controlada y equitativa del carbón, el petróleo y el gas, para aliviar las turbulencias climáticas que se avecinan y beneficiar a todas las personas del planeta«.
Fuente: El Confidencial. José Luis Gallego.