Tras un año con las energías renovables en el foco de la opinión pública, ya sea por sus costes, por la puesta sobre la mesa de la dependencia energética de Occidente, o la considerada por algunos insuficiente creación de puestos de trabajo de la industria, es hora de hacer balance de cómo y cuánto ha contribuido esta industria en la economía española durante el año 2022. Por un lado, la generación de empleo crece, también lo hace la contribución al PIB, pero no el saldo exportador neto que queda en negativo.
En aspectos macroeconómicos el informe realizado por la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) en colaboración con Deloitte «confirma la buena salud del sector renovable nacional» reflejado en el aumento de un 16,8% respecto a la aportación total que hizo al Producto Interior Bruto (PIB) el pasado año. Aunque si se desglosa según aportación directa e indirecta, la primera es la que presenta una mayor mejoría (21,6%) con 1,27% de aportación, mientras que la indirecta se queda en una ligera subida del 3,3%. En números absolutos el sector energético renovable español contribuyó en 19.484 millones de euros, lo que supuso un 1,65% del PIB total y un récord en la serie histórica desde 2016.
El mismo documento revela que existen tres motivos principales para estos resultados. Por un lado, la creciente potencia instalada en los sectores eólicos y fotovoltaicos, por otro, el aumento generalizado en el precio de la energía, y, por último, el «desarrollo de actividades industriales asociadas a la energía eólica marina para la exportación, a pesar de la inexistencia de potencia de esta tecnología en España».
La mayor aportación a la generación de riqueza del país fue la realizada por la energía solar fotovoltaica con un total de 6.398 millones de euros de aportación, muy superiores a los casi 2.000 (1.958) millones de euros que generó la misma, pero en términos de autoconsumo. Es éste último el que presentó a lo largo de 2022 un aumento más que significativo pasando de aportar 729 millones de euros en 2021, a hacerlo en 1.958 millones. De hecho, durante este ejercicio se incorporaron 2.649 MW de nueva potencia repartida en 240.000 instalaciones de consumo propio, que ya aglutina un total 5.211 MW.
Otra fuente de riqueza principal para el PIB español dentro de la industria energética, es la que se realiza desde el sector eólico que en 2022 ascendió a los 5.895 millones de euros. Si se suma esta cifra a la aportada por la fotovoltaica, tanto en grandes plantas como en autoconsumo, concentran el 73% de la contribución total que hace la industria al país.
En el otro extremo se sitúan los sectores de la solar termoeléctrica y el de los biocarburantes que ven como su aportación a la riqueza del país se ha visto menguada respecto al 2021. En ambos casos el descenso se sitúa entre los 14 y 13 puntos porcentuales. Y tal y como baja su aportación, también lo hacen los empleos, sin embargo lo hacen en distinta medida.
Mientras que la energía solar termoeléctrica pierde 175 puestos de trabajo (-3,3%), la de los biocarburantes sólo cuatro (-0,1%). De hecho, es esta última la que menos trabajadores pierde, frente a la tecnología de biomasa, biogás y residuos renovables que es la que más, con una destrucción de 220 puestos de trabajo.
No obstante, y también en línea con las aportaciones al PIB, el mayor incremento en términos de empleo se observó en el sector de la solar fotovoltaica y el autoconsumo con más de 10.700 puestos de trabajo creados en 2022. Tras esta tecnología se sitúa la eólica con casi 5.000 puestos nuevos, aunque también fomentaron la creación de empleos el segmento de la energía a solar térmica (11), del hidrógeno verde (126) y de la geotermia (62).
Pero, no todo resulta positivo en esta radiografía de las energías renovables en España durante el 2022. Y es que, el saldo neto en exportaciones se presenta negativo. Es decir, el valor de las importaciones realizadas por el mercado español que se situaron en 5.613 millones de euros no superaron el valor de las exportaciones realizadas que fue de 3.014 millones de euros, lo que sitúa el saldo neto 2.598 millones.
Dicha cifra viene justificada por «una mayor competencia en el mercado internacional de los equipos de solar fotovoltaica y eólica», reza el informe. Y es que si se desglosan las distintas partidas que conforman este saldo negativo, se observa que son los equipos solares fotovoltaicos los que representan un mayor valor de importación (4.255 millones), mientras que los eólicos presentan valores mejores (730 millones), pero no lo suficiente para contrarrestar.
A pesar de estas cifras el consumo de energías renovables en España supuso un ahorro económico de 15.230 millones de euros debido a la no importación de 21,4 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep) que serían necesarios sino fuera por ellas. Esta cantidad supone un incremento de un 77% respecto al 2021, pero cuenta con una razón que reside más en los precios de los combustibles sustituidos, y no tanto en la situación de las energías sustitutorias.
A escala global, la energía renovable generó un 14,2% de la primaria en todo el mundo, lo que supuso un ahorro de 2.050 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep), y es que la producción de renovables aumentó respecto a 2021 en casi un 7%.
Fuente: El Mundo
https://www.elmundo.es/economia/2023/11/07/65492e35e85ece0d4e8b459b.html