La tormenta Daniel se ha convertido ya en el fenómeno meteorológico más extremo que ha azotado Grecia, poniendo la puntilla a un verano de calor muy intenso que se ha saldado también con la peor temporada de incendios en la historia del país: decenas de grandes fuegos que en total han calcinado unas 150.000 hectáreas (algo más del 1% del territorio griego).
Y sin que ni siquiera haya terminado el verano, las lluvias torrenciales que desde el martes han inundado numerosas localidades siguen haciendo estragos, hasta el punto de que en algunas zonas han dejado acumulados de hasta mil litros por metro cuadrado. La DANA está afectando también a Bulgaria y a Turquía, provocando en total una veintena de fallecidos, cientos de personas atrapadas en sus terrazas a la espera de ser rescatadas, además de carreteras, puentes y otras infraestructuras anegadas o destruidas. Miles de personas se han quedado además sin suministro de agua o electricidad por el temporal.
El ministro de Crisis Climática y Protección Civil, Vasilis Kikilias, ha calificado este fenómeno meteorológico como «inédito». Los meteorólogos también están impactados por su intensidad: «Realmente está dejando unas cantidades de precipitación desorbitadas, alucinantes. Estamos hablando de mil litros por metro cuadrado en 24-48 horas en algunas zonas», resume Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología de España (Aemet).
Así, en el pueblo de Zagorá, en la región de Magnesia, se midieron 754 litros por metro cuadrado en 24 horas, casi el doble del máximo anterior, registrado en 2009, mientras que en varias zonas del centro del país se registraron precipitaciones que sobrepasaron los 400 litros por metro cuadrado en el mismo periodo de tiempo, según informa Efe.
Como explica a este diario el meteorólogo de Aemet, la tormenta Daniel es también una DANA (una depresión aislada en niveles altos), es decir, el mismo tipo de fenómeno que el pasado fin de semana causó inundaciones catastróficas en muchas zonas de España. Para contextualizar la magnitud del fenómeno griego, señala que «se está acumulando cinco veces más lluvia que la que cayó en nuestro país».
Son, eso sí, dos DANA distintas, según aclara el meteorólogo de Aemet, que explica así lo que está ocurriendo: «Tenemos lo que en meteorología llamamos una circulación atmosférica en Omega porque recuerda un poco a esta letra griega. Si visualizamos esa letra o una herradura, vemos que en cada uno de los extremos hay una DANA, una es la que afectó a España el pasado fin de semana y en la otra parte está la del Mediterráneo oriental, que está afectando a Grecia, a Bulgaria y a Turquía. Son diferentes, pero las dos entran dentro de la misma estructura atmosférica debido a la ondulación de la corriente en chorro. Así que tenemos la DANA de Europa Occidental, una dorsal anticiclónica que está afectando a Europa central con una ola de calor muy inusual en septiembre, con temperaturas de más de 30 grados en París y otras zonas en las que ese calor no es habitual en esta época, y la DANA griega».
Pero ¿por qué la DANA griega está dejando mucha más agua que la que afectó a España? «Lo que está ocurriendo es que está siendo alimentada por agua del mar muy cálida y que, por lo tanto, provoca más evaporación y mayor cantidad de lluvia. Y además permanece estacionaria en una misma zona. Y cuando esto ocurre, la zona en la que se forman las tormentas de manera continua, y se van regenerando es más o menos la misma. Está lloviendo de forma torrencial durante muchas horas, incluso días, más o menos en la misma zona geográfica, y esto da lugar a estas precipitaciones tan intensas. Imaginemos qué habría ocurrido en España si la DANA que dejó 200 litros por metro cuadrado en algunas zonas hubiese permanecido más tiempo y hubiera continuado lloviendo durante más y más horas», compara.
Y es que en nuestra geografía hubo mucha lluvia en la zona central de Navarra y del Pirineo aragonés durante viernes y sábado, sobre todo, y en la zona centro peninsular, a lo largo del domingo y lunes de madrugada: «En la franja de Toledo, Madrid, Segovia y Valladolid hubo acumulaciones de lluvia que superaron los 180 litros por metro cuadrado. Y en otras estaciones, algunas que no son de la red de Aemet, se midieron 150 o 180 litros por metro cuadrado», precisa. Tan sólo en la jornada del domingo, detalla, las estaciones de Aemet en Segovia, Toledo y Valladolid vivieron su día más lluvioso desde que hay registros (50,2 litros en Segovia, 90,4 litros en Toledo y 60,4 en Valladolid).
Para poner en contexto la magnitud de las lluvias que están asolando Grecia, Del Campo echa mano del archivo de Aemet y recuerda que el récord de lluvia en 24 horas medido en España desde que hay registros se produjo en la localidad de Oliva (Valencia), en noviembre de 1987, «y no llegó a 800 litros por metro cuadrado». «En España, que sepamos, no se ha llegado nunca a los mil litros por metro cuadrado, pero 800 litros es ya un disparate en cualquier sitio, incluso en zonas que sufren monzones, como regiones de la India. Puede darse pero no es nada habitual», asegura.
Del Campo considera que «lo que está pasando en Grecia es algo extraordinario» y se suma a que en muchas zonas del país han pasado de un verano extremadamente cálido y con incendios devastadores a estas lluvias torrenciales. «Y más allá del daño grave a los ecosistemas, esos incendios han tenido muchas consecuencias económicas y han afectado lógicamente al turismo», señala.
La previsión apunta a que a partir del viernes irá remitiendo esta DANA y los países afectados podrán comenzar con la reconstrucción de las zonas inundadas.
Fuente: El Mundo
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2023/09/07/64f9ee26fc6c83325c8b4580.html